No finjas que no me has visto,
puedo ver a través de tu conducta
Tus gestos y el esfuerzo que haces para evitar
La profundidad de mi mirada,
¡Te conozco! casi de la misma forma
que me conozco a mí mismo
Sé por qué lo haces, Sé por que lo finges,
Sé que cuando decides algo lo haces con la razón,
y no con el sentimiento;
Quizás eres el espejo que vino a enseñarme
cómo se debe de ser, cómo se debe de actuar,
Cómo afrontar esta situación, cómo ser más racional...
Pero ¡Cómo arde mi deseo de interrumpir tu silencio!,
con un genuino saludo, con una palabra asertiva; o,
Mejor te sigo el juego y me muestro tranquila,
¡Sí! ¡ tranquila! leeré un poco y miraré
a través de la ventana hasta que mi mente se disperse,
Y ¿si te saludo? me pregunto...
Si me siento a tu lado? ¿si me acerco?
Será que no me has visto?, ¡No llevas los lentes puestos!.
Justifico tu actitud y sale a relucir mi pensamiento fantasioso
sediento de romances y de dramas
¿Será que eres tú o algún gemelo perdido ha clonado tu alma?
¿Será que un impostor tomó tu cuerpo y tu espíritu?
Me cuestiono mientras el tiempo pasa
y el bus se queda vacío.
Y el espacio se llena de una emoción sombría,
que separa tu silueta de la mía
Y ahora ¿Qué hago?, Me pregunto mirando hacia la puerta
¿Actuaré de forma natural, o aprovecharé mirarte
sin que te des cuenta?;
Giro mi cabeza lentamente hacia la izquierda,
Y ¡ahí estás tú!, conteniendo tu mirada al frente,
tembloroso y forzadamente
Me voy dando cuenta de lo evidente...
¡Finges sólo finges no verme!
Y en mi mente te digo ¡No finjas más que no me has visto
No te saludaré, si así lo quieres!...
Y siento un dolor en el pecho como una punzada de muerte,
Por la nostalgia perdida, por el saludo ausente,
Por la esperanza cautiva y el sentimiento silente.
¡Se acerca mi paradero!, me voy abruptamente
Recojo mis heridas y levanto mi frente.

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